Celebraciones eucarísticas en honor a San Antonio, verbena musical, fuegos artificiales y degustaciones gastronómicas conformaron el programa festivo.
Los días 15, 16 y 17 de junio, el pueblo de Melegís (El Valle) se llenaba de luz y color con la celebración de sus fiestas patronales en honor a San Antonio. Y lo hacía con un amplio programa festivo que incluyó verbena musical, actos religiosos, fuegos artificiales y degustaciones gastronómicas que se sucedieron desde el primer día.
Han sido unas fiestas especiales, en las que la crisis no ha tenido cabida y que ha contado con la participación de todos los vecinos y vecinas del pueblo. Por ello, el Ayuntamiento de El Valle no quiere dejar de felicitar a la comisión de fiestas, por el gran esfuerzo dedicado y en la que cada vez están más integradas las nuevas generaciones.
La fiesta comenzó el viernes a mediodía, con un espectacular repique de campanas para dar el pistoletazo de salida a un fin de semana lleno de espectáculo, diversión y convivencia entre los vecinos. A continuación, vecinos y mayordomos se reunieron en torno a una suculenta degustación de jamón que corrió a cargo de algunos de los anunciantes del libro de las fiestas. Por la tarde, los más pequeños participaron en una carrera de bicis por las calles de Melegís.
Ya por la noche tuvo lugar la elección de la reina y de sus damas de honor. Un certamen que también este año ha sido especial, ya que la organización ha querido nombrar a cinco reinas de las fiestas. Mujeres como Cristina, Nini, Noelia, María del Mar y Veni, que son vecinas del pueblo y que se encuentran detrás de los grandes organizadores de las fiestas mostrándoles su apoyo y comprensión. Al acto le siguió una gran verbena popular.
El sábado a primera hora de la mañana, la diana floreada a cargo de la banda de música recorrió las calles de Melegís. Le siguió una solemne misa en honor a San Antonio de Padua y una degustación de plato alpujarreño. Por la tarde, la diversión estaba destinada a los más pequeños, que disfrutaron de los diversos talleres infantiles como el de globoflexia, pintacaras, payasos, toro mecánico y cama elástica.
La fiesta continuó hasta el domingo, con más música y una verbena amenizada por la orquesta durqueña Diablos Negros, que trajo gratos recuerdos a los vecinos del pueblo que hace años ya bailaban al son de su música. A mediodía tuvo lugar la elaboración de una suculenta paella y ya por la tarde se celebró la tradicional fiesta de la espuma y una merienda infantil. A las 4 de la madrugada, tras la verbena musical, se daban por terminadas las fiestas con el tradicional cohete.